Después de la pérdida y cremación de algún ser querido, puedes sentir la necesidad de tenerlo cerca de ti.  El uso del relicario es una forma personal y sencilla de conmemorar a un ser que partió. Hemos notado que más de una persona está utilizando esta joya cineraria, y esto no parece ser sólo una moda pasajera. Estos se convirtieron a su vez en objeto de un culto o, al menos, de cierta veneración. A lo largo de la historia y aún hoy, muchos rituales religiosos y procesiones se articulan en torno a las reliquias santas.

 

Su construcción

Los relicarios metálicos están construidos por diversos materiales y formas, diseñados para almacenar y proteger restos de fallecidos, como fragmentos de hueso u otras partes del cuerpo. Su etimología «relicario» proviene del latín «reliqua», el cual quiere decir “permanece”. Los relicarios también pueden almacenar en su interior objetos que pertenecían o eran usados habitualmente ​​por los difuntos.

En ambos casos, los relicarios son importantes y valiosos debido a su uso: están constantemente expuestos a los fieles o en ocasiones especiales, usados ​​en procesión, son un objeto de veneración y devoción absoluta.

Por esta razón, siempre han sido construidos con diversos tipos de materiales preciosos, y detalladamente decorados con elementos artísticos, aunque al principio solo eran simples bolsas o cajas de madera. El uso de relicarios hechos de oro, plata, esmalte y piedras preciosas se estableció rápidamente.

 

 

Su historia desde la antiguedad

Durante la temprana Edad Media, se construyeron relicarios de metal con una parte de cristal o vidrio para permitir a los fieles ver el contenido. Esta elección aumentó aún más los episodios de devoción, hasta el punto de desencadenar una poderosa represión por parte de los luteranos, quienes vieron en la veneración a los relicarios una forma de idolatría.

Dentro de varias iglesias, había tanto número de reliquias que se requería la instalación se salas dedicadas a ellas. Estas capillas de reliquias estaban compuestas con vitrinas que guardaban todo tipo de relicario.

 

Evolución

En paralelo con su aspecto religioso, evolucionó y se encontró a sí mismo para designar algo más amplio que solo un objeto con el que recuerda a una persona. En algunos relicarios, se pueden almacenar estampitas sagradas, algunas hierbas, entro otros objetos simbólicos, esto es muy común y se utilizan para protegerse del mal y atraer la buena fortuna.

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Por eso, hoy en día un relicario es un objeto en donde puedas almacenar cualquier cosa que tenga un valor profundo en ti. Desde amuletos de protección hasta pergaminos que contengan mantras o los deseos que más anhelas lograr. Un relicario se convierte en algo más que una joya, es algo realmente significativo para quien lo usa, además de agregar mucha elegancia a tu estilo diario.